Harry Potter y las Reliquias de la Muerte

El lunes pasado terminé de leer Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (qué frustración no poder comentarlo hasta ahora... maldito piso del siglo pasado...), y aquí dejo mi opinión sobre el último libro de la saga que me ha acompañado desde los 10 años.
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(¡¡NOTA IMPORTANTE!! ¡SPOILERS!: el siguiente texto contiene numerosos detalles de la trama y el argumento de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. ¡¡NO SIGAS SI NO TE LOS HAS LEÍDO!!).

ARGUMENTO

El libro comienza con un capítulo interesante: una reunión de Voldemort con todos sus mortífagos, entre los más importantes Severus Snape, Bellatrix Lestrange, Colagusano y Lucius Malfoy. Aquí vemos el plan de Voldemort para matar a Harry cuando vaya a salir de Privet Drive y cómo Snape le da todos los detalles del rescate de casa de sus tíos que será llevado a cabo por la Orden del Fénix. Tenemos pues un comienzo con acción inminente, que engancha ya desde el primer momento.

Entonces volvemos con Harry, que está en casa de sus tíos, que se van de la ciudad debido al peligro que corren como familiares de Harry. En la despedida al fin vemos una ínfima parte del poco cariño que puede haber por parte de sus tíos y primo hacia Harry, lo que se agradece, porque esa crueldad de los Dursley hacia Harry en los anteriores libros hacía pensar que no eran humanos.

Y, una vez puestos a salvo los Dursley, comienza el rescate de Harry. Es el tercer momento de todo el libro que menos me gusta. En primer lugar no me gusta esa idea de los siete Harrys huyendo de la casa para despistar; la encuentro rara, algo infantil y sobre todo muy inverosímil. Después está la moto de Sirius Black, en la que huye el verdadero Harry con Hagrid, y que, tras los arreglos del señor Weasley, parece la moto del inspector Gadget. Y por último vemos a Voldemort en acción, tratando de matar a Harry. No sé, pero creo que es demasiado pronto para que aparezca. Le quita al libro esa tensión que tenían los otros sobre cuándo, cómo y con qué nuevas aparecería el Señor Tenebroso. Definitivamente, este capítulo no me ha gustado nada.

Volvemos a la calma y a la narración habitual de los anteriores libros cuando Harry regresa al fin a La Madriguera. Allí Harry, Ron y Hermione reciben los objetos que Dumbledore les ha dejado en herencia: a Harry la primera snitch que atrapó, a Ron su desiluminador y a Hermione el libro Los cuentos de Beedle el Bardo. Sabemos que Dumbledore ya tenía planeado todo lo que pasaría después de su muerte, y para descubrir el verdadero valor de cada uno de esos objetos tendrá que avanzar la historia.

Así pues, el ministro de magia es asesinado y el Ministerio es tomado por los mortífagos, que comienzan a manejar a la sociedad mágica sin que ésta sepa que el Señor Tenebroso maneja todos los hilos. Ante tal peligro, Harry, Ron y Hermione tienen que ocultarse y comenzar la búsqueda de los restantes Horrocruxes que darán muerte a lord Voldemort.

Por primera vez los tres amigos no regresan a Hogwarts, sino que toda la acción transcurre en los distintos lugares en los que tienen que ocultarse. Poco a poco irán descubriendo que Dumbledore los sabía perfectamente qué ocurriría y que ya les dio en vida las pistas necesarias para que su empresa no fracasara. También descubriremos la existencia de las Reliquias de la Muerte, tres objetos de un gran poder que podrían ayudar a Harry en su lucha contra Voldemort.

Tras una búsqueda frenética, en la que se irán desvelando los planes de Dumbledore, Harry tiene en su poder todos los Horrocruxes excepto dos: Nagini, la serpiente de Voldemort, y uno último, oculto en Hogwarts, lugar donde tendrá lugar la batalla final y el desenlace de la saga.

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Tras destruir el penúltimo Horrocrux y tras una intensa batalla, Harry descubre que Dumbledore sabía desde un principio que él tendría que morir, pues sin que nadie lo supiera se había convertido en un séptimo horrocrux que tendría que ser destruído para poder matar a Voldemort. Harry, completamente descolocado, decide entregarse a Voldemort, que le lanza la maldición Avada Kedabra, pero Harry no muere, sino que tiene un encuentro en otro mundo con Dumbledore, que le explica que desde el día en que Voldemort utilizó su sangre para volver a la vida, ambos están unidos, de forma que Harry no puede morir mientras no muera Voldemort.

Así Harry regresa a la vida y comienza el segundo momento del libro que menos me gusta, seguido por el ya comentado antes: Voldemort muere asesinado por su propia varita, una de las Reliquias de la Muerte, que reconocía en Harry su legítimo heredero.

El libro termina con el peor momento, el que me hubiera gustado no haber leído: un epílogo en el que vemos a Harry casado con Ginny. Ambos tienen tres hijos James, Lily y Albus Severus. Por su parte, Hermione y Ron están casados y tienen dos hijos, Rose y Hugo.

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MI OPINIÓN

La narración del libro es la más rápida de toda la saga, los protagonistas apenas tienen un momento de descanso, desde el principio hasta el final. Además, la forma de escribir de Rowling se ve mejor y más madura que en anteriores libros, sobre todo los dos primeros, que resultan mucho más infantiles.

Algo que no me ha gustado del todo ha sido ese final tan precipitado, quiero decir: Voldemort muere, y fin. Se dejan muchas cosas en el aire que, como seguidor de la saga durante 8 años y sabiendo que no va a haber octavo libro, se echan de menos. Por ejemplo, no sabemos quiénes mueren en la gran batalla final; vale, se nos da algún nombre de los personajes principales que mueren, pero de todos los demás sólo se nos dice que han muerto unas cincuenta personas... pero ¿quién? Si en esa batalla estaban todos los personajes que han ido apareciendo en todos los libros. ¿Por qué no se nos dice quiénes son? Cualquiera de esas muertes, por muy secundario que sea el personaje, es importante. En segundo lugar no se dice qué ha pasado con Xenophilius Lovegood (o no lo recuerdo), pues la última vez que lo vimos estaba en su casa medio derruida con dos mortífagos. Tampoco se dice qué ha pasado con los Dursley; se supone que están vivos, pero no estaría de más saber algo de ellos. Y luego están los personajes secundarios que ni se nombran tras la batalla: Luna Lovegood, Cho Chang, Oliver Wood, Seamus Finnigan, Dean Thomas...

Pues eso, que me hubiera gustado un final más tranquilo, con más explicaciones. Seguro que me hubiera gustado más que ese epílogo diecinueve años después. ¿Era necesario ver a Harry con 36 años? Y pobre hijo suyo, mira que llamarlo Albus Severus... dios, pobre niño. Se referirá con ese nombre a dos grandes magos, pero pobre niño. Horrible. Un final horrible.

Pero no todo va a ser malo, ni mucho menos, pues están los momentazos del libro. Entre los que más recuerdo están la lucha entre Bellatrix Lestrange y Molly Weasley y el recuerdo de Snape. Dos momentazos para recordar.

En general el libro me ha gustado, pero el último capítulo me ha sabido a poco, y el epílogo me ha sobrado por completo.

Bueno, menuda parrafadísima. Al que haya llegado hasta el final sin saltarse ninguna línea le regalo un sugus como agradecimiento jeje.