viernes, 14 de agosto de 2009

San Roque 2009 en Pina de Ebro (Sintiendo las fiestas)

SINTIENDO LAS FIESTAS

Siento cómo un estado de embriaguez invade todo mi cuerpo. No sé dónde estoy, no sé qué hago aquí ni hacia donde tengo que ir. Pero sé que para descubrirlo lo mejor será cerrar los ojos, abrir la mente y dejarse llevar por los sentidos.

De esta forma doy unos pasos, agudizo el oído y escucho una música a lo lejos. Me parece oír… ¿Paquito el chocolatero? Continúo caminando, siempre con los ojos cerrados, y escucho, de fondo, el sonido de unas castañuelas, y una voz entonando una jota y después una orquesta de pueblo interpretando la canción del verano. Niños que ríen, jóvenes que gritan y… “En una tribu comanche… llena de comanches…”. De pronto me sobresalto con el ruido de unos petardos estallando muy cerca de de mi, y unos niños (y no tan niños) corren alejándose.

Y entonces llega a mi olfato el olor a pólvora del petardo. Me alejo un poco y siento el suelo embarrado en mis zapatillas; huele a cerveza y a vino. En ese momento recuerdo que todavía sujeto un vaso entre mis dedos, me lo llevo a los labios y me termino el que será mi último cubata de la noche. Me viene a la mente la paella que me he comido en un parque y recuerdo el sabor de un agua de Valencia. Estoy cansado, así que me siento en el suelo.

Percibo el sol que comienza a quemarme en el rostro y escucho cómo la música de una charanga se acerca y se aleja. Ya está bien. Será mejor abrir los ojos. Me levanto, doy unos pasos y los abro. Les cuesta acostumbrarse a la luz rojiza del amanecer. Mirando al suelo lo primero que veo es un dibujo recién pintado en medio de una calle, un dibujo caricaturesco y lleno de colorido. Alzo la vista y veo una calle llena de banderines y, al fondo, una gran pancarta en la que dice, con gruesas letras, “Felices fiestas”. Me apoyo en una gran valla metálica verde.

¡Ah, claro! Es que ha llegado el tiempo de fiestas. Cientos de personas viviendo, disfrutando, gozando; en definitiva sintiendo esto que dura una semana. Y por qué será que cada uno siempre encuentra aquello que más le gusta. Ya sea tomar un vermú con la familia, bailar un rato, ver los fuegos artificiales o huir del barullo que se monta en el pueblo. Así que ha llegado el momento de abrir todos los sentidos y buscar eso que nos haga sentir las fiestas.
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Carlos Carranza Comercio, para el Programa de Fiestas San Roque 2009 de Pina de Ebro.

[Por supuesto todo el mundo queda invitado a pasarse por este pueblecico en el que no nos lo montamos del todo mal...]

domingo, 2 de agosto de 2009

Up

Siempre se ha hablado de la magia que envuelve a todas las películas de Disney y que fascina a todos los niños. Pero es que esa magia también te fascina cuando estás a punto de cumplir 20 años.
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En Up conocemos al señor Carl Fredriksen, un viejo cascarrabias que vive solo. Pero no sólo es un viejo cascarrabias. Lo conocemos de niño, un niño fascinado con los exploradores y que busca aventuras, y las encuentra junto a Ellie, una niña igual de aventurera que él. Y la película avanza sin ningún diálogo, basándose sólo en la imagen y en la música. Así, Carl y Ellie comienzan su aventura juntos casándose, decorando a su estilo su nueva casa, sufriendo el hecho de no poder tener hijos, con el sueño casi imposible de viajar a las Cascadas Paraíso. Y finalmente Ellie cae enferma y muere, dejando a Carl sólo y amargado.
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Es entonces cuando los sueños y la magia toman el protagonismo y vemos la casita de madera volando por el cielo arrastrada por miles de globos, y su silueta sorprende a los mayores, y su colorida sombra fascina a una pequeña niña en su dormitorio.
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El toque de humor característico de las películas de Disney lo tenemos con Russell, un explorador intrépido (que no es más que el propio Carl de niño) y los amigos que encuentran por el camino, Kevin la pajarraca y Dug el perro hablador.
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Todos juntos comienzan una fascinante aventura en la selva, que por desgracia empieza a decaer notablemente hacia el final, justo cuando Disney vuelve a poner sobre la pantalla los grandes fallos que siempre les caracterizan, que para mí son dos.
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El primero, el gran fallo de los villanos. En Up, como en muchas otras películas Disney, el malo es malo. Y punto. No tiene historia, no tiene motivaciones, no tiene personalidad. Es malo, y ya está.
El segundo gran fallo, los finales felices. Para Disney un final feliz es esto: el malo muerto y los protagonistas, tras haber forjado una intensa relación con sus aventuras, acaban viviendo felizmente juntos. No se tiene en cuenta la historia del protagonista, ni sus aspiraciones ni el destino de su aventura. Ya veréis Up, pero para mí el final perfecto hubiese sido el de Russell de vuelta a casa con Dug y sus padres, y el señor Fredriksen viviendo hasta el final de sus días en su casita, en las Cascadas Paraíso, con Ellie. Claro que entiendo que hubiese sido un poco triste para los niños.
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Pero, obviando estos pequeños defectos a los que Disney ya nos tiene acostumbrados y que ya hemos aprendido a perdonarles por sus grandes dosis de felicidad, diversión y magia, Up es una de las mejores películas de la unión Disney-Pixar, junto, según mi opinión, con Toy Story, Buscando a Nemo y Wall-e.
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Ahora sólo nos quedará esperar por Tiana y el Sapo y Toy Story 3, que creo que prometen. ¡Por muchos años de magia Disney!

- Ve ahí a hacer tus cositas.
-¡Vale, quédese usted con mi mochila!.... siempre he querido hacer esto
...
-Señor Fredriksen, ¿el hoyo se hace antes o después?
-A mí que me cuentas...
- Hmm jeje... ¡era antes!

Grillos en el café

¡Qué risa me daba cuando era un niño y a la Casamentera de Mulán se le metía el grillo de la suerte en el té que le había preparado la muchacha guerrera!




¡Pero qué poca gracia hace estar tomándote un café al aire libre y que se te meta un grillo en el la taza!


Sí. El pobre(asqueroso) murió.