jueves, 24 de abril de 2014

Locuras

Con motivo de la celebración el pasado 23 de abril del Día del Libro, heraldo.es organizó un concurso de relato breve. Yo participé con estas Locuras que os dejo aquí, aunque no conseguí ningún premio.


Locuras
Nos conocimos un día de cierzo en que el sol brillaba y tu falda se volaba indecentemente. Sentados en el césped, cerca del Ebro, intenté dedicarte mi mejor sonrisa y tú, tu mirada más seductora, que se vio cruelmente boicoteada cuando un mosquito fue arrastrado hasta tu ojo. "Puto cierzo", dijiste mientras te lo sacaba con cuidado. "El cierzo nos hace cometer locuras", te dije yo mientras te humedecías los labios con la lengua. Y te di un beso tan apasionado que tu larga melena rojiza, atizada por el viento, envolvió nuestras cabezas y nos mantuvo así durante mucho tiempo.  

Años después intentabas encenderte un cigarro frente a la fachada de una iglesia, aunque el cierzo te lo impidió y te empujó puertas adentro. "Sí quiero", me dijiste, un día de locuras. 

miércoles, 2 de abril de 2014

La gente feliz lee y toma café, de Agnès Martin-Lugand

Hace poco llegó a mis manos la última sorpresa editorial de Francia, La gente feliz lee y toma café de Agnès Martin-Lugand. Su autora publicó el libro en Amazon en diciembre de 2012, y las ventas fueron en aumento hasta que una editorial se interesó por él y lo publicó, convirtiéndose un en éxito de ventas,  y siendo traducido a varios idiomas y con una adaptación cinematográfica a la vista. 
Tras la muerte de su marido y de su hija en un accidente, Diane lleva un año encerrada en casa, incapaz de retomar las riendas de su vida. Su único anclaje con el mundo real es Félix, su amigo y socio en el café literario La gente feliz lee y toma café, en el que Diane no ha vuelto a poner los pies.  
Decidida a darse una nueva oportunidad lejos de sus recuerdos, se instala en un pequeño pueblo de Irlanda, en una casa frente al mar. Los habitantes de Mulranny son alegres y amables, salvo Edward, su huraño y salvaje vecino, que la sacará de su indolencia despertando la ira, el odio y, muy a su pesar, la atracción. Pero ¿cómo enfrentarse a los nuevos sentimientos? Y luego, ¿qué hacer con ellos?
Es la primera novela de Agnès Martin-Lugand, y lo que más destacaría es que se nota que está escrita con muchísima sensibilidad. Tiene momentos que resultan muy intensos, y algunos que son muy tiernos. Su forma de escribir es sencilla, cercana, y consigue expresar emociones con pocas palabras. 

Sin embargo, el hecho de que se trate de la primera novela de la autora se nota en ciertos aspectos: algunos diálogos poco elaborados, situaciones en ocasiones muy tópicas, o algunos personajes nada o mal desarrollados. La historia no trae nada novedoso, y el final resulta un poco vacío.

Este libro llamó mi atención, a primera vista, por el título, que me resultaba muy original e inspirador, al igual que la fotografía de la portada. Pero la primera decepción llegó al ver que en realidad la historia que se cuenta no tiene prácticamente nada que ver con el título. 

Es una de esas novelas que  reciben muy buenas críticas, alcanzan mucha fama (puede que la historia de su publicación tenga algo que ver) y, al final, resultan decepcionar al lector por las grandes expectativas puestas en ellas. Sin embargo, creo que su autora tiene bastante más que contar, y que puede sorprender con próximas publicaciones. Una segunda parte de La gente feliz lee y toma café en la que se retomen a los personajes, se cierren del todo sus historias y se corrijan algunos errores podría resultar muy interesante.

"Bebí un trago, y en mi cabeza empezaron a borbotear los recuerdos.
Nuestro primer beso había tenido sabor a cerveza. ¿Cuántas veces nos reímos de aquello? Con veinte años, el romanticismo era lo de menos. Colin solo bebía cerveza tostada, no le gustaba la rubia, y por eso siempre se preguntaba por qué razón me había elegido. Y siempre obtenía por respuesta una buena colleja."

Título: La gente feliz lee y toma café (Les gens heureux lisent et boivent du café)
Autor: Agnès Martin-Lugand
Editorial: Alfaguara