jueves, 31 de diciembre de 2009

12 recuerdos de 2009

1 año después de los 12 recuerdos de 2008...

12 campanadas
12 uvas/lacasitos
12 recuerdos que me vienen a la cabeza de este 2009

1. Ver en directo a algunos de mis artistas favoritos: Los Peces, Christina Rosenvinge, Zahara, Vega...

2. Muchos (demasiados) jueves de fiesta... (menos mal que esto se ha calmado este último curso...)

3. Un verano con tortillas de patata hechas en hora y media para comer en la piscina, clases de como tirarse de cabeza y la mejor compañía piscinera.

4. El primer viaje filólogo, a Barcelooona nada menos. ¡Qué tres días! Nunca me olvidaré...

5. La primera vez que vi en persona a Patricia Conde, la visita turística por Madrid de una tarde, y un beso muy especial.

6. El primer fin de carrera lleno de filólogos.

7. Muchas películas geniales: Up, Watchmen, Gran Torino... Dragon Ball Evolution...

8. La mejores fiestas de San Roque con visitas zaragozanas y madrileñas.

9. Cinco días en La Pineda que se tienen que repetir por narices.

10. Un Halloween de más risas que miedos.

11. Los segundos Pilares más mejores de la historia.

12. La Trincesaca '09 (preparando ya la Trindesaca '10)

Y desde ya empiezo con la lista de los 12 recuerdos de 2010... ¿Quién me ayuda?

lunes, 28 de diciembre de 2009

Mis brazos te aman, mis orejas te adoran, mis rodillas tiemblan de ciego afecto...


Antes del amanecer, Buttercup se plantó delante de la choza del mozo de labranza. Oyó que ya estaba despierto. Llamó. Apareció él y se plantó en la puerta. A espaldas de Westley, Buttercup logró ver una pequeña vela y libros abiertos. Él esperó. Ella lo miró y después apartó la vista.
Era demasiado hermoso.
-Te amo – le dijo Buttercup-. Sé que esto debe resultarte sorprendente, puesto que lo único que he hecho siempre ha sido mofarme de ti, degradarte y provocare, pero llevo ya varias horas amándote, y cada segundo que pasa te amo más. Hace una hora, creí que te amaba más de lo que ninguna mujer ha amado nunca a un hombre; media hora más trade, supe que lo que había sentido entonces no era nada comparado con lo que sentí después. Mas al cabo de diez minutos, comprendí que mi amor anterior era un charco comparado con el mar embravecido antes de la tempestad. A eso se parecen tus ojos, ¿lo sabías? Pues sí. ¿Cuántos minutos hace de eso? ¿Veinte? ¿Serían mis sentimientos tan encendidos entonces? No importa. –Buttercup no podía mirarlo. El sol comenzó a asomar entonces a sus espaldas y le infundió valor-. Ahora te amo más que hace veinte minutos, tanto que no existe comparación posible. Te amo mucho más en este momento que cuando abriste la puerta de tu choza. En mi cuerpo no hay sitio más que para ti. Mis brazos te aman, mis orejas te adoran, mis rodillas tiemblan de ciego afecto. Mi mente te suplica que le pidas algo para que pueda obedecerte. ¿Quieres que te siga para el resto de tus días? Lo haré. ¿Quieres que me arrastre? Me arrastraré. Por ti me quedaré callada, por ti cantaré, y si tienes hambre, deja que te traiga comida, y si tienes sed y sólo el vino árabe puede saciarla, iré a Arabia, aunque esté en el otro confín del mundo, y te traeré una botella para el almuerzo. Si hay algo que sepa hacer por ti, lo haré; y si hay algo que no sepa, lo aprenderé. Sé que no puedo competir con la condesa ni en habilidades ni en sabiduría ni en atracción, y vi la manera en que te miró. Y vi cómo tú la miraste. Pero recuerda, por favor, que ella es vieja y tiene otros intereses, mientras que yo tengo diecisiete años y para mí sólo existes tú. Mi querido Westley … nunca te había llamado por tu nombre, ¿verdad…? Westley, Westley, Westley, Westley … querido Westley, adorado Westley, mi dulce, mi perfecto Westley, dime en un susurro que tendré la oportunidad de ganarme tu amor.
Dicho lo cual, se atrevió a hacer la cosa más valerosa que había hecho jamás: lo miró directamente a los ojos.
Y él le cerró la puerta en la cara.
Sin una palabra.
Sin una palabra.
Buttercup echó a correr. Giró como un remolino y salió a la carrera. Las lágrimas amargas afluyeron a sus ojos; no veía nada, tropezó, fue a golpear contra el tronco de un árbol, cayó al suelo, se levantó, siguió corriendo; le ardía el hombro allí donde se había golpeado con el tronco del árbol; era un dolor fuerte, mas no lo suficiente como para aliviar su corazón destrozado. Corrió a refugiarse en su alcoba, a aferrarse a su almohada. Segura tras la puerta cerrada con llave, inundó el mundo con sus lágrimas.


La princesa prometida,
William Goldman.

Sigue leyendo aquí.

Y aquí el mejor juego de plataformas de la historia.

viernes, 25 de diciembre de 2009

A pesar de todo...

El martes corriendo por el paseo de Independencia a por unos regalos de última hora. Esquivando gente, odiando gente. La Fnac llena hasta los topes, el Yves Rocher peor. Encontrar un regalo, ¿le gustará? Tres horas para pagar, siete horas y cuarto para envolverlo...

¡Mierda, que no llego al bus! Corriendo de nuevo, cargado como un burro, sudando con 6ºC, desaciéndome por el camino de gorro, bufanda...

Pero me encuentro un paje real rodeado de niños en una tienda, y sonrío sin darme cuenta. Y tras una esquina me asusta el muñeco de un Papá Noel que mueve los brazos, y vuelvo a sonreír.

Así que... porque quién no ha comprado un regalo, a quién no le ha hecho ilusión recibir uno, porque quién no se emociona manteniendo el secreto de lor Reyes Magos frente a los niños, porque quién no estuvo pendiente de la loteria de Navidad el pasado día 22, y porque en Navidad, a pesar de todo, sonreímos...

¡FELIZ NAVIDAD!
(en un alarde de cursilería, consumismo y una pizca de masoquismo)
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sábado, 12 de diciembre de 2009

De repente

De repente (y por fin) ha llegado el frío.

De repente existió una Corona Catalo-Aragonesa y en Aragón se habla catalán. Y a los aragoneses, como siempre, nos toca tragar y dejar que nos tomen por el pito del sereno.

De repente el premio Nobel de la paz es un hombre que defiende la guerra ("Los instrumentos de la guerra tienen un papel a juzgar para preservar la paz"), por supuesto para preservar la paz sólo en su país ("Me enfrento al mundo como es, y no puedo mantenerme impasible ante las amenazas que recibe el pueblo americano"), sin saber distinguir el ataque de la defensa ("Un movimiento no violento no habría podido detener al Ejército de Hitler."), y atreviéndose a mencionar a verdaderos merecedores del premio ("La no violencia practicada por hombres como Gandhi y King no puede ponerse en práctica en cada circunstancia").

De repente el destino del mundo está en manos de quienes nos han metido en la situación, y muchos vuelven a tener las falsas esperanzas de que algo va a cambiar.
Ahora todo el mundo está al borde del abismo, mira hacia abajo y contempla un infierno lleno de sangre, ahí están todos esos liberales e intelectuales y charlatanes... y, de repente, a nadie se le ocurre nada que decir.*


*Fragmento de Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons

sábado, 5 de diciembre de 2009

Mil pedazos de mi corazón volaron por toda la habitación...

Después llegó un rato malo, sin mucha gracia, la conversación se hacía pesada, como puré de verduras o algo así, hasta que apareció una preciosa chica rubia y alguien dijo cómo se llamaba, pero no me enteré, y se sentó en el suelo y el príncipe rana le pasó una guitarra y ella se puso a cantar con una voz que parecía estar agarrada a una cornisa con una sola mano y cantó algo sobre un corazón que pasaba la noche fuera de casa y que volvía siempre por la mañana destrozado en mil pedazos. Cuando terminó su canción todo el mundo aplaudió, y la chica rubia no dijo nada.
Tenía una sonrisa pequeña y eso fue todo lo que nos dio, aparte de la canción. Luego se metió en una de las habitaciones con uno de los tíos que había por allí. Uno de esos que definitivamente no se lo merecen.

Héroes, Ray Loriga



1000 pedazos, Christina Rosenvinge