La Princesa Prometida

La princesa prometida. Un cuento fantástico donde los haya.

Esgrima. Lucha. Torturas. Venenos. Amor verdadero. Odio. Venganzas. Gigantes. Cazadores. Hombres malos. Hombres buenos. Las damas más hermosas. Serpientes. Arañas. Bestias de todas clases y aspectos. Dolor. Muerte. Valientes. Cobardes. Forzudos. Persecuciones. Fugas. Mentiras. Verdades. Pasión. Milagros.

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Ésta es la mejor definición del libro La Princesa Prometida de William Goldman. Se trata de un cuento en el que se pueden encontrar todos los elementos más importantes de los cuentos más clásicos, con unos personajes carismáticos (Íñigo Montoya, Westley, Fezzik, Buttercup), situaciones inolvidables (el duelo de los Acantilados de la Locura, la venganza de Íñigo), y frases míticas que han pasado a la historia ("Hola, me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre, prepárate a morir"). Todo esto contado de una forma muy original por parte de William Goldman y que hace que la historia tenga esa apariencia de cuento clásico: como si el padre del autor le hubiera leido un libro de pequeño, La Princesa prometida de S. Morgenstern, y después de muchos años él lo encontrara y se decidiera a resumirlo para que el cuento de su infancia llegara a más gente. Con esta premisa, el autor puede, constantemente, incluír en el texto opiniones sobre los acontecimientos del libro, aclaraciones, o anécdotas que ocurrían mientras su padre se lo leía. Es, a fin de cuentas, como si alguien te estuviera contando un cuento en lugar de estar leyéndolo tú.

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El argumento: la bella Buttercup se enamora del atractivo Westley, quien corresponde su amor y parte hacia América para ganar dinero; pero el temible pirata Roberts asalta su barco y mata a todos los tripulantes, así que Buttercup, tras conocer la noticia, decide no volver a enamorarse nunca, y se promete al malvado príncipe Humperdinck, a pesar de que no le ama. Pero tres pintorescos personajes secuestrarán a la princesa prometida para provocar una guerra, y un misterioso hombre de negro se enfrentará a todos ellos para rescatarla.

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Lo único malo de este libro es saber que, una vez que te lo has leído, ya no podrás volverlo a leer por primera vez. Es sin duda uno de los mejores libros que he leído.

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Y, puesto que hablamos de La Princesa Prometida, no podemos pasar por alto la película de 1987 basada en el libro, de Rob Reiner (Algunos hombres buenos) y con guión del mismo escritor del libro, William Goldman, que ganó un Oscar por el guión de Dos hombres y un destino.

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Robin Wright (Forrest Gump, Beowulf) interpreta como nadie podría hacerlo a la bella Buttercup, Cary Elwes (Saw, Drácula de Bram Stoker) es Westley y Mandy Pantinkin da vida al vengativo Íñigo Montoya. Con una excelente música, una perfecta caracterización de personajes, y unos efectos especiales maravillosos para la época, la película es tal vez la adaptación más fiel de un libro llevado al cine. Todo el mundo debería verla, y no hay excusas, pues la ponen casi todos años en televisión.

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Os dejo al principio de la entrada una de las mejores escenas de la película, el duelo de esgrima entre el hombre de negro e Íñigo Montoya, y termino mi entrada con una cita del libro, precisamente el final:

[...] el amor es lo mejor del mundo, después de los caramelos para la tos. Ahora bien, también debo decir, por enésima vez, que la vida no es justa. Sólo es más justa que la muerte. Es todo.

William Goldman, La princesa prometida