Frankenstein de Mary Shelley

[Una noche de tormenta. Lord Byron, John Polidori, Percy B. Shelley y su esposa Mary Shelley están leyendo relatos de fantasmas en una gran casa. Es lord Byron el que pronuncia unas palabras con una proposición a sus amigos: "Escribamos todos un cuento de fantasmas". Los demás aceptan.

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Lord Byron comienza un relato de fantasmas, pero nunca lo termina. Percy Shelley, inicia una historia basada en experiencias de su primera juventud; tampoco la acaba. Polidori empieza a escribir una historia sobre una mujer con la cabeza convertida en calavera, pero tampoco la termina. Mary Shelley, la única que terminaría su relato, se propone idear una historia tan terrorífica como las que habían leído esa noche. Fue durante un sueño, en el que Mary Shelley vio aparecer junto a su cama un terrible monstruo, cuando se creó en su mente la historia del monstruo de Frankenstein, que se convertiría en uno de los libros de terror más importantes y famosos de la historia.]
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"Continué andando por las culebrantes veredas del bosque hasta llegar a su linde, que estaba bordeado por un río rápido y profundo sobre el que numerosos árboles doblaban sus ramas, ahora reverdecidas con la incipiente primavera. Hice una pausa, sin saber concretamente qué camino tomar, cuando oí un ruido de voces que me incitó a ocultarme bajo la sombra de un ciprés. Antes casi de que me hubiese escondido, una muchacha se acercó corriendo y riendo al lugar donde yo estaba, como si huyera de alguien por simple juego. Prosiguió su carrera junto a las empinadas márgenes del río, mas de repente su pie resbaló y se precipitó en el revuelto cauce. Salí al punto de mi escondrijo y, con penas y trabajos debido a la fuerza de la corriente, la rescaté y la arrastré a la orilla. Estaba inconsciente; intentaba, por todos los medios que conocía, restituirle sus sentidos, cuando súbitamente me interrumpió la aparición de un gañán, que era sin duda la persona de la que escapaba tan enjugascada. Al verme, el desconocido se abalanzó sobre mí y, arrebatándome a la joven de los brazos, se internó en los recovecos del bosque. Le seguí velozmente, de manera impulsiva; pero cuando advirtió mi presencia, el hombre apuntó una escopeta que llevaba colgada del hombro contra mi pecho, y disparó. Caí al suelo, y mi agresor se perdió en la espesura aún con mayor celeridad."

Mary Shelley

Frankenstein o El Moderno Prometeo