Hoy voy a dedicar mi entrada a uno de los personajes más famosos de la literatura de terror, así como del cine: Drácula, el padre de todos los vampiros concebido por el escritor Bram Stoker en 1890. Se sabe que ese año, mientras veraneaba en Whitby, un pueblo costero de Yorkshire, estaba enfermo de gota. Stoker, que desde joven había soñado con mujeres vampiras que lo acosaban, quedó tan impresionado por la lectura de un libro de William Wilkinson sobre Transilvania, que sufrió una terrible pesadilla en aquel pueblo. Al día siguiente comenzó a escribir su novela, que sería publicada en 1897 y vendería en su época un millón de ejemplares.
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El personaje en el que se sabe que está basado el conde Drácula es Vlad Tepes III el empalador, apodado Dracul, que significa demonio en rumano. Vlad Tepes reinó en Rumanía mediante el terror hasta 1476, cuando los turcos lo derrotaron y le cortaron la cabeza. Se dice que Vlad tenía la costumbre de torturar a sus víctimas mediante el empalamiento, y que le gustaba comer junto a los cadáveres. En el libro, Stoker convierte al conde Drácula en un vampiro en cuya naturaleza está la de alimentarse de sangre humana.
La novela de Bram Stoker está narrada en una forma muy común en la época: mediante cartas y diarios de los protagonistas, lo que ofrece diferentes puntos de vista. El siguiente fragmento de Drácula pertenece al diario del Doctor Seward, y narra el relato de Mina, la mujer protagonista de la novela, sobre su encuentro con el conde Drácula.
-[...] Sentí ese mismo terror difuso que me había sobrevenido la otra vez, y la misma sensación de que había una presencia. Me volví para despertar a Jonathan, pero descubrí que dormía tan profundamente que parecía como si el somnífero se lo hubiera tomado él y no yo. Lo intenté, pero no pude despertarlo. Esto me dio mucho miedo, y miré a un lado y otro, aterrorizada. Entonces sí que se me heló el corazón en el pecho. Junto a la cama estaba un hombre alto y delgado, vestido todo de negro, como si hubiera salido de entre la niebla, o más bien como si la niebla se hubiera convertido en su figura. Lo reconocí al instante por las descripciones de los demás. La tez de color de cera; la nariz alta y aguileña, sobre la que incidía la luz en una línea blanca y estrecha; los labios rojos entreabiertos que dejaban ver los dientes blancos y afilados; y esos ojos rojos que me había parecido ver en las vidrieras de la iglesia de Santa María de Whitby. Reconocí, asimismo, la cicatriz roja que le dejó Jonathan cuando lo hirió en la frente. El corazón se me detuvo un instante, y quise gritar, pero estaba paralizada. En ese intervalo, dijo con una especia de susurro agudo y cortante, mientras señalaba a Jonathan:
"¡Silencio! ¡Si haces el menor ruido, le aplasto los sesos delante de ti!" Me quedé horrorizada, y estaba tan confusa que no fui capaz de hacer ni decir nada. Me puso una mano en el hombro, con una sonrisa burlona y, sujetándome con fuerza, me descubrió la garganta con la otra mano, diciendo: "Primero, un pequeño refrigerio en premio a mis desvelos. Bien puedes estarte quieta. ¡No es la primera vez, ni la segunda, que tus venas sacian mi sed!" [...] Y ¡ay, Dios mío, Dios mío, ten misericordia de mí! ¡Me puso los labios hediondos en la garganta! [...] Después, me dijo en son de burla: "De modo que tú también, como los demás, has querido enfrentar tu inteligencia a la mía. ¡Has querido ayudar a estos hombres a perseguirme y a frustrar mis designios! Ahora ya sabes, y ellos también saben en parte, y los sabrán del todo de aquí a poco, lo que es cruzarse en mi camino."Drácula, Bram Stoker
Además, Drácula ha sido uno de los personajes literarios más explotados en la industria del cine. Hay centenares de película que tienen como protagonista al vampiro de Bram Stoker. Sin duda, las mejores adaptaciones de este personaje al cine son las interpretadas por Bela Lugosi, Christopher Lee y, en mi opinión, Gary Oldman, este último en la adaptación más fiel de la novela, a cargo de Francis Ford Coppola.
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En Drácula de Bram Stoker de Francis Ford Coppola se da un pasado al vampiro: el conde Drácula, después de dar toda su vida para servir a Dios, ve cómo su amada Elisabeta se suicida por una falsa noticia de la muerte en la guerra del conde. El conde renuncia a Dios por haberle arrebatado a su amada, y comienza a beber sangre, que le otorgará l vida eterna para poder encontrar a su amada, que llega siglos después, reencarnada en la hermosa Mina.
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La siguiente escena es el encuentro entre Mina y Drácula, y es, en mi opinión, una de las escenas más románticas y eróticas del cine. Las magistrales interpretaciones de Winona Ryder y Gary Oldman quedan un poco rebajadas por el doblaje al español, pues en versión original resulta una escena impresionante, pero no la he encontrado en YouTube, así que lo dejo así. Disfrutad la escena.
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