viernes, 7 de noviembre de 2008

Cronos y los siete cabritillos

Os contaré el mito griego de Cronos y sus hijos.

Cronos, hijo de Urano y de Gea, derrocó a su padre y gobernó durante la Edad Dorada mitológica. Temeroso de que sus hijos pudieran derrocarle a él, fue engullendo a cada uno de los recién nacidos de su esposa Rea. Así se comió a Hestia, Hera, Deméter, Poseidón y Hades. Rea, hastiada de no poder concebir un hijo, decidió que el próximo sobreviviría. De forma que pidió ayuda a Urano y a Gea y tuvo a su último hijo, Zeus, a escondidas en Creta. Lo ocultó en una cueva al cuidado de la cabra Amaltea y rodeado de los Curetes, que tocaban una música de percusión para disimular su llanto y que Cronos no lo descubriera.
Para que Cronos no se diera cuenta de lo que había hecho Rea, ésta le entregó una piedra envuelta en pañales y él la tragó pensando que se trataba de su hijo más joven. Cuando Zeus creció, hizo que su padre bebiera una pócima que le hizo vomitar a todos sus hijos, empezando por la piedra. A partir de entonces comenzaría la Titanomaquia, que terminó con la derrota de Cronos y la consagración de Zeus como Señor del Olimpo.


¿Os recuerda a algo?
¿Os acordáis del cuento de Los siete cabritillos y el lobo?

Un día la mamá cabra se fue al mercado y advirtió a sus siete hijos cabritillos que no abrieran la puerta nadie. Cuando se quedaron solos, el lobo llamó a la puerta. Ellos preguntaron quién era, y el lobo contestó con su grave voz: "Soy vuestra madre". Ellos no le creyeron, así que el lobo se aclaró la garganta tragándose tres docenas de huevos y volvió a intentarlo. Los cabritillos le creyeron, y cuando estaban a punto de abrir la puerta, el hermano mediano, el más inteligente, le dijo que ensañara la pata por debajo de la puerta. El lobo mostró su oscura pata peluda y los cabritillos no abrieron la puerta. Entonces el lobo se blanqueó la pierna con harina y volvió a la casa de los cabritillos, que esta vez abrieron la puerta sin ninguna duda de que se trataba de su madre. El lobo se los comió a todos excepto al más pequeño, que se ocultó en el reloj de la pared.
Cuando la madre regresó, el cabritillo pequeño le contó lo ocurrido. Ambos fueron a buscar al lobo, que estaba durmiendo junto al río con la barriga hinchada. La madre le abrió la tripa, sacó a todos sus hijos engullidos, se la llenó de piedras, y se la volvió a coser. Cuando el lobo se despertó tenía mucha sed, se acercó al río para beber y, del peso de las piedras, cayó al agua y murió.
Curioso, ¿verdad?
Estas clases de Mitología Clásica ya están empezando a ser bastante interesantes...

5 comentarios:

  1. hmm bueno se parecen algo, que facilidad tienen para vomitar hijos o sacarlos de un estómago jaja, ahora habrá que hacer un cuento inspirado en el nacimiento de Atenea

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  2. Ala.
    Ésto es como las clases de Beltrán, que no vuelves a mirar la realidad de la misma manera...

    Jo, yo tenía que haber cogido esa asignatura, ¿por qué lleva ese horario? Argh...

    ;)

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  3. mmmm, se supone que la conclusión del segundo cuento es que como se come a los cabritillos¡¡¡¡¡ Hay que exterminar a los lobos!!!! jajaja, no me extraña que se extingan muchas especies de animales. Todo se debe a los cuentos que nos cuentan nuestras madres mientras somos pequeños.
    ¿Donde esta la cola blanca de clara? jajaj

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  4. que quede claro lA cola blanca de Clara ,, es la cola comprada en los chinos,, para pegar carton..

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  5. Hay mucho simbolismo en este cuento y mucha mitología griega. Estoy trabajando en ello, y lo más sorprendente es el final. Un cuento que ha sido muy mal traducido del aleman al español. Un mal homenaje a los hermanos Grimm.

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