20 de mayo. Estaba sentado yo solo, en un rincón al fondo del forum de la Fnac. Empecé a ver entrar gente que reconocía: Ismael Grasa, José Antonio Labordeta y, por supuesto, Cristina Grande. A las 7:30 comenzó la segunda presentación de Naturaleza infiel de Cristina Grande en Zaragoza, y ella se sentó entre su editor e Ismael Grasa.
Aún recuerdo cuando Cristina vino hace dos años a presentar en mi pueblo su libro de relatos Dirección Noche, y su editor bromeó con que estaba esperando a que se decidiera a escribir una novela, pues los relatos no le daban para comer. Al fin esa novela llegó en marzo: Naturaleza infiel, una novela, según su editor, “llena de expectativas hace dos meses y de hechos ahora”, pues ya se está preparando su segunda reimpresión.
Ismael Grasa comparó la lectura del libro con oler un rosal, pues sales lleno de arañazos pero con el placer de haberlo olido. Hizo referencia a varios fragmentos del libro que caracterizaban la historia de Naturaleza infiel. Mencionó su humor negro en el fragmento en que Renata, la protagonista, se ve incapaz de llorar ante la muerte de su abuelo, aunque llora desconsolada cuando se entera de que Nino Bravo se ha matado en un accidente. También mencionó como característico el fragmento en que, durante una mudanza, sacan el colchón de la protagonista a la calle y ella casi se muere de vergüenza cuando se da cuenta de que todo el mundo está viendo la mancha de su primera menstruación. O cómo cambia la vida de las protagonistas la llegada del lavavajillas a su casa.
Muchos han considerado esta primera novela de Cristina como un fiel reflejo de la sociedad de los 80, aunque ella reconoció que esa no era su intención al escribir el libro, y que simplemente lo situó en esa época porque era la que ella había vivido.
Fue José Antonio Labordeta el que le preguntó para cuándo el próximo libro. Cristina dijo que lo estaba preparando, aunque reconoció que es “de destilación lenta”. Pues mientras esperamos podremos releer cualquiera de sus dos magníficos libros de relatos, La novia parapente y Dirección noche, o esta última novela, Naturaleza infiel.
Aún recuerdo cuando Cristina vino hace dos años a presentar en mi pueblo su libro de relatos Dirección Noche, y su editor bromeó con que estaba esperando a que se decidiera a escribir una novela, pues los relatos no le daban para comer. Al fin esa novela llegó en marzo: Naturaleza infiel, una novela, según su editor, “llena de expectativas hace dos meses y de hechos ahora”, pues ya se está preparando su segunda reimpresión.
Ismael Grasa comparó la lectura del libro con oler un rosal, pues sales lleno de arañazos pero con el placer de haberlo olido. Hizo referencia a varios fragmentos del libro que caracterizaban la historia de Naturaleza infiel. Mencionó su humor negro en el fragmento en que Renata, la protagonista, se ve incapaz de llorar ante la muerte de su abuelo, aunque llora desconsolada cuando se entera de que Nino Bravo se ha matado en un accidente. También mencionó como característico el fragmento en que, durante una mudanza, sacan el colchón de la protagonista a la calle y ella casi se muere de vergüenza cuando se da cuenta de que todo el mundo está viendo la mancha de su primera menstruación. O cómo cambia la vida de las protagonistas la llegada del lavavajillas a su casa.
Muchos han considerado esta primera novela de Cristina como un fiel reflejo de la sociedad de los 80, aunque ella reconoció que esa no era su intención al escribir el libro, y que simplemente lo situó en esa época porque era la que ella había vivido.
Fue José Antonio Labordeta el que le preguntó para cuándo el próximo libro. Cristina dijo que lo estaba preparando, aunque reconoció que es “de destilación lenta”. Pues mientras esperamos podremos releer cualquiera de sus dos magníficos libros de relatos, La novia parapente y Dirección noche, o esta última novela, Naturaleza infiel.
“Matilde nos anunció la muerte de mi abuelo una tarde mientras merendábamos en la cocina. No recuerdo haber dejado de masticar ni un segundo. El día del entierro, al que no asistimos porque era un largo viaje por carreteras de montaña, intenté sentirme mal, pero ni siquiera se me enrojecieron los ojos. Fue entonces cuando tuve conciencia de que yo sólo lloraba por mí y por mi hermana, y bastante a menudo. Mi hermana no lloraba nunca. Pensaba que el resto del mundo no merecía mis lágrimas.
[…]
Unos meses más tarde hubo otro muerto. De nuevo estábamos en la cocina de mi casa, un rato antes de comer, mientras esperábamos que mis padres llegaran de la tienda. Acabábamos de llegar del colegio y Matilde nos había dado un trozo de pan para mitigar el hambre de toda la mañana en el colegio, cuando oímos en la radio que Nino Bravo se había matado en un accidente de coche. Escupí el bolo de pan que llevaba en la boca y me eché a llorar desconsoladamente en cuanto Matilde repitió la noticia, que tuve que aceptar como cierta. Me sentí entonces muy triste y al mismo tiempo muy feliz. Por fin podía llorar por otros, y me demostraba que era humana al fin y al cabo. Era el año 1973.”Cristina Grande, Naturaleza infiel, RBA.
http://zaragozame.com/elculturaldenerea/2008/05/23/cronicas-de-la-tarde-literaria-del-martes/
ResponderEliminar¿no se puede hacer trackback en blogspot? tengo que investigar ésto...
Frase de arriba en lenguaje normal: que te robo la crónica y la subo al Cultural, oks?
¡unbeso!
Tu tranqui, roba lo que quieras jeje... Ya he leído tu e-mail... estás en todo maña, muchísimas gracias.
ResponderEliminarPD: Para las personas que en esto de internet se encuentran unos escalones más abajo que Ladynere, he investigado esto:
TRACKBACK: Se trata de un enlace inverso que permite conocer qué enlaces apuntan hacia un determinado post; de ese modo avisa a otro weblog que se está citando uno de sus posts.
Como si me dicen misa...