Cuando llegan las fiestas de San
Roque a Pina, es como cuando llega una tormenta en medio del verano. Una
tormenta de verano dura poco, te refresca con la lluvia y con su típico olor, te
hace salir de la rutina, te distrae, te maravilla (o asusta) con sus rayos y
sus truenos.
En fiestas pasa lo mismo. Te
refresca ese nuevo ambiente que te hace salir de la rutina, olvidar un poco los
problemas del día a día, distraerte… Te diviertes con la música y las
charangas.
Durante esos días de fiestas,
Pina huele a petardos, a alcohol, a vacas. Sabe a cerveza, a vino, a agua de
Valencia y a ron. Empiezas a pasar más tiempo en la plaza, a cantar con las
orquestas o a bailar la música de la disco-móvil.
Los días de fiestas son como un
paréntesis en medio del verano en los que pasas más tiempo con tus amigos, te
reencuentras con viejas amistades e incluso haces nuevas. Te visitan amigos
extranjeros, o amigos a los que tenías ganas de enseñar con orgullo cómo son
las fiestas de tu pueblo.
Un día llega esa traca de fin de
fiestas, que indica que vuelve la tranquilidad y la rutina. Pero nada comparado
con esos primeros días en que no sabes exactamente qué pasará este año, si te
divertirás más que el anterior o menos, pero sabes con seguridad que será algo
especial.
Una vez escuché que una tormenta
de verano no sirve de nada si no tienes a nadie a quien besar bajo ella. Yo lo
cambiaría por algo más inocente y divertido, yo diría que una tormenta de
verano no sirve de nada si no tienes nada que bailar bajo ella ni nadie con
quien hacerlo.
Y lo mismo ocurre con las fiestas
de Pina de Ebro. Si estás solo, poco disfrutarás de todos los eventos,
situaciones y música. Así que toca salir a la calle, tomarse algo con los
amigos, refrescarse, distraerse y disfrutar.
¡FELICES FIESTAS DE SAN ROQUE A
TODOS!
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