Vale. Son muchos días de estudio. Muchas horas pegado a la silla de la Sala de Estudio. Muchos ratos mirando a las musarañas. Es normal comenzar a desvariar.
Pero cuando esta tarde estaba yo tan tranquilo estudiándome el origen de los Géneros Literarios y han entrado tres payasos vestidos de negro en la Sala de Estudio, tirando cañonazos de confetis y sprays des esos que disparan una cosa de colorines y pegajosa, cantando a grito pelado el cumpleaños feliz, he pensado que ya, definitivamente, había llegado el momento de hospitalizarme; que mi cabeza ya no podía más y había sufrido alguna lesión irreparable. Vamos, que he pensado que estaba completamente loco.
Pero no. Después he visto que todo el mundo se había quedado con la misma cara que yo, así que no soy el único que ha visto a los payasos. O todos nos hemos vuelto locos, o los payasos eran de verdad.
Y, por increíble que parezca, los payasos eran de verdad.
Son muchas horas de estudio. Muchas muchas. Muchos folios, muchos apuntes, muchas letras, muchos esquemas, muchos resúmenes. Mañana al fin podré gritar: "¡Veranooo!", y me dará igual que me miren raro.
Pero cuando esta tarde estaba yo tan tranquilo estudiándome el origen de los Géneros Literarios y han entrado tres payasos vestidos de negro en la Sala de Estudio, tirando cañonazos de confetis y sprays des esos que disparan una cosa de colorines y pegajosa, cantando a grito pelado el cumpleaños feliz, he pensado que ya, definitivamente, había llegado el momento de hospitalizarme; que mi cabeza ya no podía más y había sufrido alguna lesión irreparable. Vamos, que he pensado que estaba completamente loco.
Pero no. Después he visto que todo el mundo se había quedado con la misma cara que yo, así que no soy el único que ha visto a los payasos. O todos nos hemos vuelto locos, o los payasos eran de verdad.
Y, por increíble que parezca, los payasos eran de verdad.
Son muchas horas de estudio. Muchas muchas. Muchos folios, muchos apuntes, muchas letras, muchos esquemas, muchos resúmenes. Mañana al fin podré gritar: "¡Veranooo!", y me dará igual que me miren raro.
Os habéis vuelto todos locos a la vez, fijo. Los vapores de la tinta del boli, que echa humo si mañana tienes el exam, seguro que afectan al cerebro...
ResponderEliminaránimo, el último!
Bss!
Qué guay, ¿no? Yo me hubiera escondido bajo la mesa o algo. Sobre todo si entran dando cañonazos. Y por cierto, ¿de quién era el cumpleaños? Seguramente estaría jurando en arameo por la bromita de sus amigos... ¿Cantásteis todos el cumpleaños feliz? Es una canción que arrastra masas...
ResponderEliminarMucho ánimo, os queda un ratito para empezar el último. Sé que lo vas a hacer genial, no te pongas nervioso y vomita todo lo que sepas para que no te quede absolutamente nada dentro de la cabeza. Esta tarde... ¡empieza el verano!;)
¡Besos!