Remeto los silencios bajo el colchón,
como las sábanas cuando hago la cama algunos domingos.
Quedan sin volumen sobre el somier,
sobre la lámina flexible
en la que nos vomitamos anoche.
Sé que nos llueven los años a la intemperie,
porque mientras escondo los silencios
apenas pienso en ti.
Sobre los silencios también pienso poco.
Sólo los estiro como las sábanas
y dejo que se mueran de hambre.
Es un pequeño cementerio
que cultivo sobre el somier,
sobre el charco de lluvia de años,
que daorna mi caparazón de tortuga.
Alimento los silencios con demasiadas palabras.
Carmen Ruiz Fleta,
Cinco días en agosto.
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