'Things change.
Friends leave.
And life doesn't stop for anybody.'
Johnny Depp como Barnabas Collins. |
Eva Green como la bruja Angelique Bouchard. |
"Allí querría ver a las almas sensibles, no en el matadero, sino en la granja; allí querría ver a los comedores de salchichas que creen que antes de morir el animal lleva una vida tranquila, comer y dormir, comer y dormir. [...] cerdos que no podían comer, en los huesos algunos, llenos de heridas infectadas, úlceras, tumores abultados, abscesos de pus, hernias, ciegos unos, mutilados otros, devorados los caídos pese a estar todos desdentados, pues el transportista les explicó que les cortaban los dientes igual que les cortaban el rabo y les arrancaban los testículos, y hasta les hizo una demostración práctica pese a que insistieron en que no era necesario: el hombre [...] agarró un cochinillo al que separó de la teta de su madre, lo levantó por las patas traseras y el animal se sacudía y chillaba. [...] Con unas tijeras de podar le cortó el rabo, y al tirarlo al suelo vieron que el piso arenoso estaba lleno de pequeños muñones como ése. Es para que no se lo muerdan unos a otros y luego se infecte, aclaró el improvisado cirujano. Después colocó al animal entre sus rodillas y lo inmovilizó boca abajo, sacó un cúter del bolsillo y tras abrirlo de patas le rajó el escroto, mientras el cerdo chillaba y se retorcía. Con los dedos le apretó la bolsa hasta que asomaron los pequeños testículos, y con la misma cuchilla los arrancó de un tajo. El cerdo se sacudía sin parar, y su chillido se había vuelto ronco y constante, aunque recuperó intensidad cuando le echó un chorro de desinfectante en las heridas. Lo dejó en el suelo, y el animal intentó volver a su lugar cojeando, pero el transportista lo agarró de nuevo por una pata trasera y lo arrastró consigo hasta un lateral de la nave, donde había un mueble entre cuyos cajones buscó hasta encontrar unos pequeños alicates. Levantó al lechón con una mano, tomándolo por el cuello y apretándole para que mantuviera abierta la boca, y con los alicates lo fue desdentando, aunque aclaró a los horrorizados observadores: no se los arranco, qué va, sólo se los corto, es para que no se coman unos a otros, y ni por ésas."
La mano invisibleIsaac RosaSeix Barral
Vega con su nuevo look. |
Yo con Vega después del concierto. |
Que sepas que ya te he olvidado. Me dan igual todas esas fotos que has subido a Facebook, lo bien que salgas en esa, lo sexy que salgas en la otra, la poca ropa que lleves en esa, los ojitos que pones en esa última y que tanto me gustaban…
Que sepas que ya te he olvidado, no me importa que ya no me mandes mensajes al móvil, no me importa que no me hables por el chat, no me importa que ya te hayas olvidado de mí.
Porque te has olvidado de mí, ¿verdad? Yo también de ti.
Que sepas que te he olvidado aunque aun recuerde la primera vez que te vi, las primeras palabras que me dijiste, el lugar exacto donde estábamos, la primera y la última noche que pasamos juntos, los lugares exactos donde tenías cosquillas, tu risa y la última vez que te vi en aquella estación de tren.
Ahora ya sólo me acuerdo de ti cuando veo aquella película que vimos juntos, tumbados en mi cama, con tu cabeza apoyada en mi regazo.
Que sepas que ya me he olvidado de ti, así que, en realidad, no sé qué hago escribiéndote esto.
No me mires así, que no te conozco.
No me mires así, que tengo muchísimo que estudiar.
No me mires así, que hay mucha gente aquí, y alguien te va a ver.
No me mires así, que no puedo parar de devolverte la mirada.
No me mires así, que ya me duele sonreír y no puedo parar...
No me mires así, con esos ojos negros, tan firmes y dulces.
No me mires así, que vas a deshacerme,
y mancharé mis apuntes y pondré perdida la biblioteca con mis entrañas.
Y ya lo sé, otra vez ha sucedido, volaron los manteles y el domingo se hizo especial. Flotaba en azoteas todo mi deseo, un solecito bueno y tus faldas al viento, nada más. Aeroplanos que saludo moviendo un espejo, la ropa y tu pelo se movían al mismo compás, nada más. Te deslizas como si fueras de viento y al contacto con mis dedos te desvanecieras. Si tu magia ya no me hace efecto, ¿cómo voy a continuar? Si me sueltas entre tanto viento, ¿cómo voy a continuar? Recuerdo que sopló la luna y era en pleno día y entre aquellas nubes vislumbraste la estrella polar, y algo más. Madelmans haciendo slalom por tu cuello, aire que se lleva tus misterios, hacia el sur se van.
Me gusta levantarme por la mañana sin hacer ruido para no despertarte, no poder hacer la cama porque estás en ella, salir de la habitación a oscuras con cuidado de no tropezar con nada, mirarte un rato en la oscuridad... que al final te despiertes y, todavía en sueños, imites a mi poeta favorito y me susurres con voz ronca: "Voy a empezar contigo el desayuno..."
Y, otra vez, me pierdo la primera clase del día...