lunes, 31 de octubre de 2011

Miedos

Cuando era pequeño me daba mucho miedo la oscuridad (dormía con una carita sonriente luminosa en el enchufe de mi habitación), la niña de El Exorcista, estar solo en casa, Chuky, la película Jumanji, los hombres con barba larga, Eric Stoltz en Máscara y los ascensores. Me gustaban ver películas de miedo aunque luego me pasara una semana sin dormir. Me gustaba mucho ver El Retorno de las Brujas en Halloween.

I put a spell on you, and now you're mine...



Y aunque ahora me dan miedo otras cosas más de mayores como la incertidumbre del futuro, perder a la gente a la que quiero, no saber cuándo voy a volver a ver a un amigo, no aprovechar cada minuto de mi vida, no llegar a ser enteramente yo... me siguen dando miedo los ascensores, me siguen dando miedo las películas de miedo (aunque me encante verlas), la niña de El Exorcista, y a veces incluso me da miedo la oscuridad.

Beberé un poco de ron para tener menos miedos en este Halloween.

sábado, 29 de octubre de 2011

Leñador y la Mujer América

Y mi estreno cinematográfico más esperado del momento no es ni otra película de Harry Potter (sí, ya han terminado), ni El Hobbit (película para la que aún falta más de un año), ni Star Trek XII (saga a la que acabo de engancharme)... sino la próxima película protagonizada por Zahara, Leñador y la Mujer América, para la que ha compuesto la banda sonora.


El trailer ya está en la red. La película, de ambiente americano adolescente de los 80, está protagonizada por la típica pareja popular de adolescentes, cuya relación se estropea cuando aparece un tercer personaje oculto bajo una máscara, que oculta un tóxico secreto.


Zahara vuelve con un nuevo disco y sigue sorprendiendo y haciendo cosas nuevas. El primer single del nuevo disco lleva el mismo nombre que la película, Leñador y la Mujer América. ¡Ya estoy esperando verla de nuevo en directo!

viernes, 28 de octubre de 2011

La vieja y el gato


Tenía cierta vieja de costumbre,
al meterse en la cama,
arrimarse en cuclillas a la lumbre,
en camisa, las manos a la llama.
En este breve rato, le hacía un manso gato
dos mil caricias tiernas:
pasaba y repasaba entre sus piernas.
Y como en tales casos la enarbola,
tocaba en cierta parte con la cola.
Y la vieja cuitada
muy contenta decía: -Peor es nada.

Félix María de Samaniego,
El jardín de Venus

domingo, 23 de octubre de 2011

Tentación

"Señor, déjanos caer en la tentación
y no nos libres de ningún mal:
permítenos creer que estamos vivos"

Manual de tentaciones, Abilio Estévez


jueves, 20 de octubre de 2011

Realidad

Nueve meses fuera de mi casa y de mi país, tres meses de verano en mi pueblo de no parar para hacer el regreso menos duro, unas semanas de adaptación a la nueva vida universitaria en Zaragoza, 9 días de locura en estas divertidasgenialesalcoholizadas Fiestas del Pilar llenas de visitas y reencuentros... y por fin, vuelta a la realidad y a la normalidad. O eso creo, si es que esta rutina es la realidad y la normalidad.

Y en esta vuelta a la rutina me ha dado por escuchar Fangoria, por ver una película cada día en mi piso de estudiantes (es lo que tiene que no funcione la tele), y por leer el último libro de recopilación de relatos de una de mis escritoras aragonesas favoritas: Cristina Grande.

OSITO

Era marino y se parecía a Conan el Bárbaro. Yo estaba en paro. Con el finiquito me fui a Amsterdam con mi amiga Marcia. No éramos de esas amigas que hablan sin parar de sus cosas. Nos gustaba beber juntas y ligar por separado.

No recuerdo su nombre. Lo cierto es que no llegué a entenderlo aunque se lo pregunté varias veces. Creo que era alemán. Hablaba un inglés macarrónico y entendí que estaba separado, que vivía en Sidney y que le gustaría vivir en Costa Rica.

Marcia y yo habíamos tomado la penúltima en el bar de nuestro hotelucho junto al puerto. Él estaba en la otra punta de la barra, y solo se dirigió a mí cuando ya nos retirábamos tambaleantes a nuestra asquerosa habitación. La suya no era mejor, pero me sentía a gusto con aquel bárbaro. Pensé que en sus enormes maletas cabrían mis cuatro cosas, incluso yo misma. Vi un osito de peluche muy viejo encima de una de ellas. Por la mañana me dijo que debía irme, y ya junto a la puerta supe que eran vanas mis ilusiones de que al menos me regalara el osito.

Cristina Grande
Tejidos y novedades
Xordica, 2011